Cometí todos los errores. Tuve todas las culpas. No sabía que a donde uno va cuando se muere las lágrimas se vuelven engrudo y sirven para asir los pecados al armazón. Pegué las injurias, hice un collage de malos pensamientos y decoré con la lujuria vivida en tantos años, al fin listas, mis alas al sol resplandecían.
Me había convertido en un ángel...
Buenísimo. Me has dejado sin palabras.
ResponderEliminarSaludos.