2009-02-16

Como un balde de agua

Fría se volvió tu sonrisa, líquida escurriendo por tu rostro,
suave removió la ceniza de aquel último cigarrillo,
la saliva blanca y seca, retomó la humedad perdida,
y tus palabras solo fueron burbujas de aire reventando en la nada.

Tus ojos escurrieron cual cascada diluida por el sol,
jamás había probado una cascada de sal,
jamás había intentado detenerla con mis brazos,
sin embargo, como era de suponerse goteaba hasta huir de mi.

Te escurriste, hasta huir de mi,
disolviste toda esperanza y anhelo,
y te comprendo, pues reventé una ola demasiado fuerte,
te comprendo porque estallé la barrera que protegía tus playas.
te comprendo, pues drené la cálida arena a donde la luz llegaba.

Y ahora he decidido dejar de vivir mojado,
escurrirme dentro de mis sueños y anhelos,
secarme los miedos profundos y obscuros,
lavarme el cabello mientras miro al cielo,
dejar el naufragio de tus olas salvajes,
dejar de mirar al sol cobijarte.

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